miércoles, febrero 22, 2006

SI LOS INSULTOS TRANSFORMASEN

Por una vez el Rector Abundio el Colorao usurpa la titularidad de esta página y da a luz el imposible de que lo que la gente llama en la calle a uno o a otro,se convierta en realidad. Milagros de la informática y del espíritu jocundo de un Rector que no piensa que el juego sea una arma arrojadiza. Esto no hace mal ni al interesado ni al pollino, un buche joven e inocente.

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Si este rector tuviera que representar mediante largas cadenas de unos y de ceros, las opiniones que sobre él han sostenido alumnos, vecinos y público en general, más alguna mujer mal manoseada, tendría que pasar recogiendo animaciones durante el resto de la vida. Una muy oportuna sería la de convertirse en producto del catabolismo humano, si saben ustedes a qué me refiero. Otra ocurrente sería su conversión en un vaso de aceite de ricino.

Lo importante es saber que la vida pública se hace demasiado pública e incómoda, sobre todo si se leen las viñetas de los periódicos, tan desconsideradas. El rector Abundio el Colorao, siempre entusiasta de enseñar deleitando, os advierte, tiernos corderos, de lo incómodo que resulta ponerse a vivir vendiendo ilusiones y chascos al populacho. Huíd de ello, como de la vacuna, y considerad que todavía quedan profesiones honradas y tranquilas. Pocas, pero haylas.