miércoles, febrero 15, 2006

UN RUFIÁN



La viñeta en sí lo dice todo: la cara, el gesto, la camiseta, y el tío que lleva abrazado el melenas. Este pájaro aspira a lo descabellado, quizá con la esperanza de descabellar a lo que de España quede. Y es que hay cosas que no se pueden pedir desde un parlamento que, al menos de boca, combate el terrorismo. Y hay cosas que no se deben decir aunque uno tenga acuerdos con los encapuchados y pertenezca al grupo que acogió a los restos de Terra Lliure.


La cara, el gesto, o como quien dice "qué carajo es esto". Pues un diputado español escarbando desde dentro del sistema. Una casta de termita; un trasunto de carcoma. No está claro que, si la ley contempla la legítima defensa para las personas, no se atreva a aplicarla con las más altas Instituciones ni con la Ley Madre, o constitución. Hay un catalanismo y hay un vasquismo furiosos y algo habrá que hacer en lugar de fingir que no se les oye, o someterse a su enloquecida voluntad.

El Pelitos quiere dar sueldos a los etarras antifranquistas. Quizá ahí reside el problema, que sigue siendo antifranquista y el cuerpo no le pide realidad sino venganza. Hay cuerpos "pa too", incluso para organismos unicelulares diestros en el manejo de pseudópodos. Ni siquiera saben que existen, pero comen. Y carcomen.

Y luego están los bípedos implumes, que meten la cabeza bajo el alma o en la guillotina.

Rector 007