sábado, febrero 11, 2006

LARGA ESTIRPE DE BOINAS



No se entiende como, con boinas de todo tipo en cada región de España, la chapela -boina a lo grande- ha podido convertirse en signo de identidad, o sea, en hecho diferencial. Ni siquiera los catalanes catalanistas se atreven a ponerse su boina frigia, su "Barretina" y circular con ella por el mundo. Y nadie dirá que no son osados. Pero lo de la chapela no es osadía sino concentración en el ideal de Caserío-Paraíso, guardado por ángeles con boinas.

Este rector se duele de cuando, en los años desaparecidos, usaba alguna vez un gorro ruso, subido a la cabeza y lucido con aire de la Legión. Si se cruzaba con algún elemento de la Policía Armada, recibía un vistazo que escocía. Aquellos nobles funcionarios sabía tanto como yo ahora: No son gorras, que son desafíos.

El Rector 007.