A PIE DE IMAGEN

Este dibujo tiene un aire de cuento de las Mil y Una Noches. Desde luego, no se concibe la escena más que en horas nocturnas, estrechando manos encapuchadas, poniendo entre la blanda España y su remilgado salvahonor el cojín zapatero que para eso está, para no sentir el duro gisante que se esconde entre los colores rojo y gualda. Aparece Maragall en segundo plano, como buen mamporrero y, entre el etarra y lo demás, se tiene la sensación de festín moruno y de estar viendo a un Jeque en descampado. Un jeque con Circunstancia notable: si no fuera por la existencia de Zapatero tampoco hubiera existido Carod, jerarca del chantaje.

Todos llevan trajes actuales y caros, pero se presiente la antigüedad por todas partes. Quizá la antigüedad de España, que debe ser defendida por el mismo que hace de cama en lugar de hacer la cama a Carod. Claro que hacerle la cama a Carod mediante el uso de Artur Mas es ir de Guatemala a Guatepeor, o sea, de Málaga a Malagón.

Mientras, como él dice, Carod se ha convertido en la circunstancia de todos los españoles: el villano que ha pasado a marcapasos por los errores bucales del casi extinto Zapatero. Algo nos dice que el rellenito quasi-catalán, terrible circunstancia que mantiene paralizada a España, en breve será circunstancial, o sea, para que la gente se pregunte "¿Te acuerdas de cuando Carod creía que lo tenía todo atado y bien atado?" Pero el único atado es él: a la paranoia chata del obsesivo-compulsivo. Y de una compulsión lo van a mandar al otro lado del Pirineo. ¿O es que cree que Maragall no lo va a dejar colgado, como suele hacer?

Deja la "terra lliure" de manchas, y vete con tus etarras a ver si Vascongadas se independiza de ellos. Con la Eta estarás bien, porque eres talmente una bomba y los tedax darán cuenta de ti en cuanto lo averigüen.